El Anciano Rey de los Vinos es una taberna centenaria situada en el número diecinueve de la calle Bailén, aunque el edificio donde se encuentra es más antiguo aún, del S. XIX. Existió allí, por aquel entonces, una botillería cuyo nombre era igual que el de su dueño, Casa Pedro Martínez, que tenía fama por su café de puchero, su aguardiente y su té.
Aquel Don Pedro le cedió su negocio a Luis Montón quien estaría al frente del mismo hasta 1942. Durante ese tiempo solo estuvo cerrada en el transcurso de la Guerra Civil. Fue este Luis quien registraría las marcas de vino El Viejo, Los Viejos y El Anciano Rey.
El nuevo dueño se llamaba Abilio Manzanar Ortega, fue él quien contrató a un joven de quince años para trabajar en la taberna. Este jovencito, Constancio Cortés, sería su siguiente propietario. En la actualidad, es la hija de éste quien está al frente del negocio.
Es ésta una taberna de las de solera de Madrid. De ella podemos destacar sus vistosos azulejos o sus columnnas y mesas de mármol, además de sus grandes ventanales desde donde se puede divisar el Palacio Real o la Catedral de la Almudena.
Lo más típico de esta tasca es el vino dulce, más concretamente el vino embotellado y etiquetado con el nombre El Anciano. Lo suelen servir con una galleta redonda hecha con yema de huevo. Para los que les parezca poco, siempre pueden acompañarlo con unos pestiños de anís, elaborados artesanalmente (solo en verano) o pasar a su restaurante.
Más información en «De taberna en taberna por el Madrid más fantasmagórico» de Fátima de La Fuente y Enrique Fernández.