La Guerra de la Independencia provocó la proliferación de la figura del bandolero. En este contexto histórico vive el hombre al que aquí nos referimos. Antonio Sánchez, apodado Chorra al Aire, nace en Torrejón de Ardoz en 1792. Se trata de un guerrillero integrante de la partida de Vicente Sardina y actuaba en las proximidades de Madrid cortando a los correos franceses su camino hacia Burgos.
Tenía un gran conocimiento de la sierra lo que le sirvió para escapar de los franceses en numerosas ocasiones. Cuando terminó la guerra, se dedicó, junto con los de su partida, a robar diligencias y asaltar a los viajeros que intentaban pasar los puertos de montaña rumbo al norte.
Mantenía como lugar de reunión la Venta de la Pesadilla, en el Molar, convirtiéndose en lugar de refugio para varias partidas. Contaban con la connivencia del posadero y de vecinos de la zona, que les avisaban de cuándo llegaban los guardias en su busca.
Fue uno de lo bandoleros más sanguinarios ya que no dudaba en utilizar la violencia para conseguir sus fines. Tuvo multitud de denuncias en los pueblos donde actuaba, pero se desenvolvía con soltura. Escapó de un cerco de más de treinta hombres cuando robaba en la ermita de Santa Ana de Pedrezuela y también salió airosa cuando intentaban detenerle mientras dormía en un barranco próximo al Molar.
En 1816 cometió un error, fue detenido mientras asaltaba a unos arrieros. Fue perseguido y finalmente apresado muy cerca de El Escorial. Le condujeron a Madrid, donde fue juzgado, condenado y al poco tiempo murió ajusticiado.
Entre la correspondencia de una viajera inglesa, se encontró una carta fechada en 1816 que hace referencia a este bandolero:
Querida hermana: mañana nos internaremos en la zona conocida como La Cabrera. En la posada nos han hablado de un faccioso, un tal Antonio Sánchez, que tiene amedrentados a los vecinos. Lo conocen como Chorra al Aire… Intentaré entrevistarme con el tal Sánchez para hacerle un boceto para mi colección de «Tipos pintorescos de España». Me han señalado un intermediario para pactar con él un encuentro, pero creo que dista mucho de ser de otros bandoleros. Su apodo ya alude a algo ofensivo, así que no sé lo que me voy a encontrar…
Más información en Bandidos y bandoleros, de José Felipe Alonso Fernández Checa.
La venta de Pesadilla no se encontraba en el Molar, sino en lo que era la antigua villa de Pesadilla, de la que tomaba su nombre. desaparecida en el siglo XIX que se encontraba en las proximidades del actual circuito del Jarama en el término municipal de San Sebastián de los Reyes. Villa que fue de abadengo y que había pertenecido al Arzobispado de Toledo. Lo último que quedaba en pie de esta villa, su iglesia, fue llevado a Alcobendas para la reconstrucción de su iglesia parroquial a mediados del siglo XIX. Existió en la villa de Pesadilla una venta muy frecuentada al encontrarse en el camino de Burgos o «mala» de Francia como también era conocido.