El Casino de Madrid ha cambiado de emplezamiento a lo largo de su historia. En un origen, en 1836, el Cáfé Solito de la calle del Príncipe hizo de sede de reunión de un pequeño grupo de tertulianos. No será hasta 1910 cuando se construya un edificio propio para darle vida a esta sociedad de recreo.

Este año se cumple el centenario del edificio de la calle de Alcalá, número 15. Será en la Junta de 1902 cuando se plantee la necesidad de tener un centro social, lo que se traduce en la compra de las casas de los números 13 y 15 de esta calle y las de los números 20 y 22 de la Aduana, lo que proporciona un inmenso solar donde construir el ansiado edificio.

El arquitecto que dirija la obra será José López Sallaberry, socio del mismo, artífice de la escalera de honor y el Salón de Baile. Se emplearon los mejores materiales y la decoración responde al gusto más exquisito procedente de los mejores artesanos nacionales y extranjeros.

Patio Central del Casino, 1910

El Salón Real es una de sus estancias destacadas por sus grandes dimensiones y por su ornamentación donde sobresalen los relieves de Benlliure, las pinturas de Sala y Pla y las vidrieras de la casa Maumejean. Todo ello le convierte en uno de los edificios más emblemáticos de Madrid.

 Por último, la biblioteca neogótica llama la atención por el material férreo empleado en las estanterías consiguiendo un efecto medieval especial. El conjunto del edificio, su arquitectura y los distintos elementos escultóricos se integran en un edificio único imprescindible de conocer. 
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