Hablar de Botín y decir que es el restaurante más antiguo del mundo y que está en el Libro Guinness de los Récords es poco menos que una redundancia. ¿O es que alguien no lo sabe aún?
El afamado local situado en la madrileña calle de Cuchilleros tiene otra historia que contar, la suya propia, la de su larga vida. Para ello hay que conocer su origen y fundación, en primer término, pero también las célebres personalidades que le han otorgado su fama, sin desmerecer -ni mucho menos- su calidad culinaria.
Todo empezó cuando el francés, Jean Botín, se casó con una asturiana y se instaló en Madrid donde abrieron su negocio. Al morir ellos sin descendencia lo heredaron sus sobrinos. Será en 1930 cuando pase a manos de una nueva familia, la González Martín, que tras tres generaciones sigue al frente del mismo.
En su origen no funcionó como restaurante, tal y como lo conocemos hoy, sino que los clientes llevaban su carne y la asaban allí. Uno de los símbolos originales de Botín es su horno que no se ha apagado desde que empezó a funcionar. El cochinillo y el cordero asados con leña son un referente gastronómico de nuestra ciudad.
Por sus comedores han pasado los más destacados escritores de estos últimos tres siglos. Truman Capote, Ernest Hemingway o John Dos Passos son algunos ejemplos norteamericanos, sin olvidarnos de nuestro Benito Pérez Galdós o Ramón Gómez de la Serna.
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