Anda de enhorabuena en los tiempos recientes Madrid después de que hayamos podido saber que España va a presentar una candidatura conjunta para que dos de sus elementos más representativos, el Parque del Retiro y el Paseo del Prado, sean incluidos en la lista de la UNESCO.

Precisamente en este último nos detenemos hoy, en un Paseo del Prado rebosante de vida, con niños que hacían de este solemne lugar su campo de diversiones, donde la gente formaba corrillos en cualquier peldaño para dar inicio a un avivado debate. Todo ello bajo la recta mirada de la Fuente de Apolo, una obra de Ventura Rodríguez y hermana de las famosas fuentes de Cibeles y Neptuno.

Nos gusta observar el Paseo del Prado en esta bonita imagen de los años treinta del siglo pasado. Después llegaría la guerra y muchas de las sonrisas que vemos en esos rostros, se diluirían para siemrpe. Aquella entrañable paz se vería fracturada pero preferimos quedarnos con este poblado recuerdo de Madrid. El que nos muestra el hoy paseo turístico como centro de encuentro social de aquella Villa y Corte.

Fotografía incluida en nuestro libro ‘Madrid 500 fotografías antiguas

Paseo del Prado, años 30

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