Es la calle Arenal una de las principales calles madrileñas, al menos en la actualidad y más conocida y transitada aún desde que es peatonal. Une la céntrica Plaza de Isabel II, también conocida como Ópera por encontrarse allí el Teatro Real, con la Puerta del Sol.
Hubo un tiempo en que por allí había una hondonada por donde circulaban las aguas de un arroyo que iba desde el barranco de la Zarza (en la Puerta del Sol) hasta la plazuela del Barranco (en la Plaza de Isabel II) desaguando en el Arroyo de Leganitos (actual Cuesta de San Vicente).
En los días secos, aquel cauce se convertía en un camino arenoso que se abría paso entre las iglesias de San Ginés y de San Martín (en la plaza del mismo nombre). Las arenas bajaban constantemente de los afluentes que venían de la derecha del arenal (en los conocidos como altillos de Santo Domingo y San Martín) y de los de la izquierda (procedentes de los altozanos de la calle y Plaza Mayor).
Estos afluentes formaron las calles de Hileras, San Martín y Donados (por un lado) y Bordadores, Hileras y Fuentes (por otro). La futura calle Arenal (llamada así por esta explicación) fue llenada de tierra con la construcción de las calles Jacometrezo y otras de los alrededores.
Más información en Calles de Madrid, de Isabel Gea.
Enhorabuena por la edición de EL MADRID OLVIDADO, de Carlos Osorio. Al autor, mis felicitaciones por la concepción del libro y su riqueza tanto en testimonios como en historia de la ciudad, así como por su inteligencia al unir la vida actual de los lugares olvidados con la vida anterior. A los editores, enhorabuena por el formato, el papel, las fotografías, la maqueta y el cuidado de los textos. Y a La Librería, por proorcionarnos ese lugar donde aprender sobre Madrid. Ana D’Atri