La calle de la Paloma se encuentra entre las calles Calatrava y Toledo. En esta calle había unos corrales que pertenecían a unas monjas de Alcalá de Henares y en los que se crió la paloma que voló sobre la imagen de la Virgen de las Maravillas cuando la trasladaron al convento de la calle de la Palma (hoy iglesia de San Justo y San Pastor).
Esta imagen es la misma que salvó al niño que mató un cazador en un arrebato, en la antiga calle del Lobo. Desde entonces, los corrales fueron conocidos como los de la Paloma, de donde tomó el nombre de la calle.
En 1790, unos chiquillos encontraron en estos corrales, junto a la leña, una pintura de la Virgen de la Soledad que representaba el traslado de la Virgen con la Paloma encima de su cabeza. Cuando Isabel Tintero, que vivía en esta misma calle, se enteró, le compró a uno de los niños el cuadro.
Fue ella quien le quitó el bastidor que estaba roto y lo puso en un retablillo en el portal de su casa. Desde entonces, empezó a ser venerada por los vecinos del lugar como la Virgen de la Paloma, una de las vírgenes más queridas por el pueblo madrileño.
Sin ser la patrona oficial de Madrid, tradicionalmente se la considera «patrona popular de los madrileños». En su honor, y desde el siglo XVIII, se celebran anualmente las Fiestas de la Paloma cada 15 de agosto, coincidiendo con la Asunción de María.
Más información en Los nombres de las calles de Madrid de Mª Isabel Gea.