No muchos madrileños saben dónde está la capilla del Obispo y la razón no es otra que haber estado cerrada durante cuarenta años para ser rehabilitada. Debe su nombre l obispo que la mandó construir en 1520, el que fuera obispo de Plasencia, don Gutierre de Vargas Carvajal.
La familia Vargas residía en un palacio contiguo y contaba entre sus criados con el que sería patrón de la ciudad, San Isidro. La idea era levantar un templo que albergara el sepulcro del santo y como no lo lograron que la vecina iglesia de San Andrés les cediera dicho sepulcro, finalmente se destinó a panteón de los Vargas.
El obispo Gutierre fichó al escultor Francisco Giralte, discípulo de Berruguete, que realizó el retablo mayor y los cenotafios (monumentos fúnebres que no contienen los restos de los Vargas). La capilla en sí misma es una joya del gótico tardío, enriquecida por el estilo del renacimiento.
Esta hermosa capilla se salvó de la quema de iglesias producidas durante la última guerra civil. Su aspecto más palaciego que eclesial y que estuvo cerrada mucho tiempo, hizo que pasara desapercibida cuando una turba de fanáticos prendió fuego a la contigua iglesia de San Andrés.
Está situada en la pintoresca Plaza de la Paja, llamada así porque en el pasado, los capellanes de la capilla del Obispo se desplazaban en mulas, animales que se abastecían de la paja que había en este lugar. Los campesinos de Madrid estaban obligados a pagar a la iglesia un diezmo de sus cosechas y depositaban en esta plaza las gavillas de paja para los capellanes.
Más información en Iglesias de Madrid de Carlos Osorio y fotografías de Álvaro Benítez.
Existe un libro específico sobre la Capilla del Obispo, editado por la Libreria. Su autor: Emilio Guerra Chavarino.
La capilla fue mandada construir por D. Francisco de Vargas en 1520, con autorización Papal. Murió en 1524 y la capilla fue terminada por su hijo el obispo Gutierre de Carvajal y Vargas. Consiguieron tener el cuerpo de San Isidro pero el arzobispado obligó a devolverlo.
Se trata de la mejor obra gótica de Madrid que lamentablemente no se ha incluido en la ruta turística por el Ayuntamiento, como quiso que se hiciera su anterior propietaria, la Casa de Alba. Dª. Cayetana donó la Capilla al pueblo de Madrid, a través del Arzobispado.
En la Capilla destaca el retablo y los cenotafios de D. Francisco, Dª Inés (su mujer) y del Obispo Gutierre, obras de Giralte. También las puertas de la capilla destacan por su arte y belleza