La Cava de San Miguel debe su nombre a que era uno de los fosos defensivos del antiguo Madrid Medieval. Se convirtió en calle cuando, a partir de 1567, se fue rellenando la cava o foso de agua, debido al crecimiento que experimentó la ciudad.

Esta calle se extiende desde la Calle Mayor hasta la Calle de Cuchilleros que termina en Puerta Cerrada. Tiene un enorme movimiento, debido a la gran cantidad de mesones y de restaurantes que en ella se hallan, al mercado de San Miguel que hay en su  comienzo, recientemente remozado, y a la proximidad de la Plaza Mayor.

A medida que bajamos por esta calle, podemos observar la gran curvatura que presentan los muros de esta parte trasera de la Plaza Mayor. Ello se debe a que actúan de muro de contención de dicha plaza, con los contrafuertes en su base.

Esas fachadas son mucho más altas que las del interior de la plaza, debido al enorme desnivel que hubo que salvar. Para hacernos una idea tenemos que saber que la planta vivienda de la plaza se corresponde con la tercera de esta fachada

En la novela de Fortunata y Jacinta, Pérez Galdós, nos descubre el primer encuentro entre Juan Santa Cruz y Fortunata, en el número 11 de la Cava de San Miguel.

Texto extraído del libro: Paseos por el Madrid de los Austrias.

La Cava de San Miguel. Madrid

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