Gal es un clásico entre los productos de perfumería, cosmética e higiene del pasado. Era rara la casa en la que no había pastillas de jabón de Gal o colonias. A buen seguro que muchos de nuestros lectores recordarán cómo eran sus envoltorios y frascos.

La fábrica que hacía estos productos se inauguró en 1899 y se ubicó, en primera instancia, en la calle Ferraz número 25, esquina con la calle Quintana. Muy pronto, esta sede se quedó pequeña y se trasladaron al Paseo de San Bernadino, lo que hoy conocemos como Isaac Peral, entre las calles Fernández de los Ríos, Hilarión Eslava y Fernando el Católico.

Gal

Publicada en la revista «La Esfera» del 3 de marzo de 1917

Aquel segundo edificio tuvo mayor vida, se construyó en 1915 y desapareció en 1963. Era una verdadera joya, arquitectónicamente hablando. De estilo neomudéjar, su planta era un polígono irregular lo que provocó que tuviera nueve lados.

La fábrica contaba con dos zonas bien diferenciadas: en una estaban los laboratorios, las oficinas y la vivienda del gerente; y en la otra zona existían unas naves que estaban adosadas al edificio principal donde se encontraban los talleres y almacenes.

La guerra civil dejó su huella en este edificio, razón por la que tuvo que ser restaurado, aunque no tendría mucho futuro. En 1963 fue demolido y la actividad de Gal se trasladó a una nueva sede en Alcalá de Henares. Aún podemos observar una muestra del estilo de aquel edificio en la esquina de Isaac Peral y Fernández de los Ríos, en lo que fue una vivienda de la fábrica.

Más información en Rincones del viejo Madrid, de Ángel J. Olivares Prieto.

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