En la fotografía de la semana, tomada en 1941, nos detenemos en esta curiosa estampa. En aquella época se podía ver muy a menudo por lugares elegantes o modernos de la ciudad un fotograma anacrónico y fuera de lugar de un carro transportando cualquier mercancía, en este caso grandes troncos de árbol. Las mulas, acostumbradas a pisar el asfalto, ya no resbalaban casi nunca y ademas, sus orejas eran como antenas para detectar el paso de los coches, que se desesperaban si coincidía ante ellos uno de estos «vehículos»: Los carros y carretas tenían sus horas e itinerarios fijos, aunque a veces y por causas variadas, no se cumplían.

Ésta es uno de los cientos de momentos que podrás revivir en nuestro Imágenes del Madrid Antiguo.

Burro con madera en Cibeles

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