La Plaza Mayor de Madrid fue el lugar donde se celebraba el mercado público ya en el Siglo XVII. Tiempo después se colocaban puestos de flores y macetas en algunas fechas señaladas como las noches de San Juan o la de San Pedro, así como los comestibles típicos de Navidad. Pavos, dulces toledanos, turrones de Alicante, frutos secos, etc. En otros tiempos se pudo comprar algunos alimentos exóticos, de acuerdo a los habitantes que en aquel momento tenía Madrid: alajú morisco, alcuzcuz árabe o dátiles. Algunos puestos estaban más engalanados que otros, con colchas de colores o con toldos deshilachados, todos ofreciendo al paseante cualquier producto que necesitasen para sus hogares por Navidad.
En la fotografía en la que nos detenemos, tomada en el año 1928, hoy nos transportamos a la esquina de la Calle Ciudad Rodrigo con la de Siete de Julio. En esta costumbrista mirada se nos muestra a una vendedora entregando un paquete al cliente, posiblemente, tras recoger la cantidad solicitada con una lata de los serones llenos de cascajo y pesarlo en la romana junto a los montones de apetitosas granadas. Este mercado permaneció hasta el año 1944, con el breve intervalo de la guerra civil, hasta que el Ayuntamiento de Madrid decidió eliminar estos puestos de alimentos, permitiendo solamente los dedicados a objetos navideños.
Esta fotografía se puede encontrar en nuestro libro Imágenes del Madrid Antiguo.