El último tramo de la Gran Vía, llamado Eduardo Dato, iba la plaza del Callao hasta la plaza de España. Se iniciaron las obras en 1925 y terminaron en 1931. Se derribaron 121 edificios, que habían sido expropiados. Desaparecieron 23 calles y se reformaron 12. El mercado de los Mostenses, de hierro, fue trasladado al antiguo Matadero. Durante los años 30 se edificaron la mayor parte de los edificios en las quince nuevas manzanas proyectadas, cines como el Coliseum que fue encargado por el maestro Guerrero como teatro y para viviendas; en el interior de la sala, se hizo un interesante estudio de la acústica. Sobre el solar de lo que fue casa profesa de la Compañía de Jesús (en la fotografía se ve la fachada de la iglesia) se hizo el edificio de Los Sótanos que abarcaba dos hoteles, cines, galerías comerciales, viviendas, oficinas… Lo construyó la compañía Metropolitana en la posguerra, entre 1944 y 1948. El establecimiento Perpiñán, en la esquina de la calle Silva, se dedicaba a camisería, sombrerería, zapatería y almacén de calzados.

Imagen incluida en nuestro ‘Estuche de imágenes antiguas de Madrid

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