La glorieta de Bilbao fue antiguamente una de las entradas a Madrid, llamada la Puerta de Bilbao. Aquí estuvieron los pozos de nieves que, a falta de neveras, refrescaban a los madrileños en el verano. En el centro de la calle estaba la estatua de Bravo Murillo, obra del escultor Miguel Ángel Trilles, inaugurada con motivo de la mayoría de edad de Alfonso XIII y luego trasladada entre la calle Bravo Murillo y José Abascal. Siempre fue plaza muy animada y con cafés muy populares. En uno de ellos, el Europeo, tenían su tertulia José Antonio Primo de Rivera y Enrique Jardiel Poncela. Otro, el Café Comercial, acogía a Rafael Cansinos, Emilio Carrere y Antonio Paso. Al otro lado de la plaza, en la cervercería La Campana tuvo su tertulia el poeta Manuel Machado, que vivía en la cercana calle de Luchana. Ya en el año 1948 se hizo el aparcamiento subterráneo.
Imagen incluida en nuestro estuche ‘Imágenes del Madrid Antiguo’