Las terrazas de los cafés o bares de Madrid sobrevivieron a la guerra y se ampliaron con la paz. Se hacen famosas muchas de las que tienen tertulias literarias, como las del Teide, Gijón, Lepanto etc. Se van ampliando ante la demanda, incluso, de la gente joven que antes no las frecuentaban. A veces, un quiosco pequeñísimo tiene una terraza cuatro veces mayor. Las de la Plaza Mayor se distinguían del resto de las terrazas porque su clientela estaba, y está, compuesta casi exclusivamnete de turistas que ven la oportunidad de aprovechar desde ellas el más mínimo rayo de sol. También podemos ver que en 1961 aún no se había hecho el aparcamiento subterráneo de la Plaza Mayor y los coches aparcaban dentro de la plaza; asimismo, aún existían allí las paradas de varias líneas de tranvías.
Imagen incluída en nuestro estuche: ‘Imágenes del Madrid Antiguo‘.