Las primeras fuentes madrileñas provenían de manantiales naturales, que eran canalizados sin ninguna intención estética. Como la finalidad era práctica este tipo de fuentes eran muy simples: encañados de adobe, caños de hierro insertos en ella y un pilón de granito para el agua sobrante.
La fuente más antigua de Madrid es de 1150 y es la de San Isidro. Brota debajo del altar mayor de la Ermita del Santo y es conducida hasta la fuente por unas tuberías. La fuente está adosada a la ermita y consta de un gran pilón de mármol de formas cóncavas y convexas. En el frontal de la fuente hay una lápida de mármol en la que están inscritos los textos que hacen referencia a las leyendas del patrón.
En la parte superior -y dentro de una hornacina de mármol grisáceo y rematado en un arco demedio punto- hay un relieve en estuco del S. XVIII representando el milagro del santo. En la parte inferior de la lápida está la misma fuente que cuenta con un balaustre rematado en una media bola.
Esta fuente tiene fama de ser milagrosa ya que, según se cree era una mañana calurosa cuando San Isidro la hizo manar de una roca pelada, mientras trabajaba en los campos de su amo, Iván de Vargas. La tradición es beber agua del santo todos los 15 de mayos cuando se celebra su onomástica.`
Se cuenta que mientras Isidro rezaba, los ángeles le labraban la tierra. La leyenda también relata que un día estaba construyendo un pozo cuando su hijo cayó a él y, milagrosamente, fue devuelto al brocal, se elevó el nivel de agua y el niño quedó flotando.
Más información en «Fuentes de Madrid» de Mª Isabel Gea Ortigas.