Está bien conocida la inseguridad de las noches madrileñas del siglo XVII: estocadas, pistoletazos, tiros de carabina…. De todo hay y con cierta abundancia en las noches oscuras de un Madrid que no tenía otra iluminación, aparte de los faroles que portaban los viandantes, que las velas o las lamparillas de las imágenes que en las esquinas y fachadas resultaban frecuentes. Sí, había muchas. Hoy solo queda una que nosotros sepamos una Virgen de los Dolores que vigila todavía la noche y el día como antaño, desde un nicho abierto en la esquina de una casa de la plaza de Ramales. Y no es casa antigua, sino edificio alzado en el siglo actual.
Precisamente por ser frecuentes estos sucesos no recordaríamos este que ahora nos ocupa, y lo dejaríamos como los restantes en el silencio, si no fuera porque el sorprendido y atacado fue una gran figurad de nuestras letras, un ilustre madrileño que nunca renegó de su tierra natal: Lope de Vega y Carpio.
Fue el 19 de diciembre en las vísperas ya de las Pascuas de Navidad del año 1611 cuando, al regresar a su casa, Lope de Vega fue atacado entre las sombras de la noche. No pudo ver al agresor, y si lo adivinó, nunca lo dijo. El poeta recibió algunas cuchilladas que no le hirieron, aunque sí le abrieron nuevas bocas a su capa. Salió enteramente ileso.
Por entonces Lope de Vega ya se hallaba asentado en la fama, ya era un poeta reconocido y alabado, provisor de originales a las compañías de cómicos de los corrales de la Corte, enviante de cuartillas cuajadas de versos a libreros que ejercían de editores. Ese mismo año había ingresado en la Orden Tercera de San Francisco, quedaban aún lejos sus días sacerdotales. ¿Quién atacó a Lope?
Texto incluido en el libro ‘Sucedió en Madrid. Hechos curiosos y raros de la historia de Madrid’ de José del Corral.