En el Madrid del S. XIX y XX proliferaban las posadas humildes donde los arrieros, granjeros o humildes viajantes de comercio pasaban una noche o dos. Traían sus productos de las provincias colindantes para vender en la capital.

Las originales posadas no eran frecuentadas por los visitantes extranjeros que preferían alojarse en los mejores hoteles y casas de huéspedes. Pero sí existía una posada de precio asequible que llenaba el hueco entre los cochambrosos hostales y los hoteles lujosos, llegando a alcanzar cierta reputación internacional, nos referimos a la Posada del Peine.

Situada en la calle Postas número 17, los gerentes de dicha posada anunciaban que su fundación databa de 1610. Disponían de 150 habitaciones en sus cinco plantas. Las más caras poseían las habituales ventanas «francesas», rodeadas de pequeños balcones con rejas de metal y persianas de madera. Su nombre procede de los viejos tiempos cuando, como cortesía para los clientes, se colocaba un peine en cada una de las habitaciones, el cual se ataba al lavamanos para evitar que fuera robado.

Una curiosidad poco conocida es que en la habitación 126 había un armario que escondía una estrecha escalera secreta que conducía a una habitación oculta en el piso superior del edificio. No se sabe cuál era su finalidad pero podría haber servido para esconder fugitivos durante el convulso siglo XIX.

En la calle Postas aún se puede apreciar el nombre que recibía antaño en una bonita tira de cerámica colocada a un lado del edificio, así como una torre con reloj sobre el techo, erigido en 1892, que durante muchas décadas fue su sello. El templete permaneció sin reloj durante mucho tiempo, aunque en estos últimos años se ha reformado y ahora luce de nuevo el bello reloj.

La Posada del Peine cerró en 1970 y permaneció abandonada durante más de tres décadas. En 2005 fue restaurada y modernizada y volvió a abrir sus puertas como hotel de cuatro estrellas con el nombre de Petit Palace Posada del Peine. Se han conservado algunos de los elementos estructurales del edificio como las vigas de madera, partes de las paredes de ladrillo con rejas de hierro y las escaleras de madera originales con la barandilla de hierro forjado.

Más información en «Madrid oculto. Edición especial» de Marco & Peter Besas.

 

 

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