Como nos acercamos a fechas de Todos los Santos y Todos los Difuntos, nada mejor que hacernos eco de nuestra última novedad -muy apropiada para estas fechas- editada bajo el sello de Temporae. Se trata de «El retrato y la muerte», de Virginia de la Cruz Lichet, acaba de salir de imprenta y es un exhaustivo estudio sobre la fotografía post mortem, fruto de una tesis doctoral.
A pesar de que la muerte es un tema que suscita siempre cierto rechazo, este libro es el resultado de una investigación, única en su género. Incluye casi doscientas fotografías post mortem, propiamente dichas, pero también aquellas instantáneas que rodean el momento de la muerte, como funerales, entierros, etc.
Hubo una época en nuestro país, que esta práctica de retratar a los familiares muertos era una práctica habitual. Así, hay constancia de que se hicieron hasta bien entrada la década de los ochenta del siglo pasado.
Incluso se llegaban a tener álbumes fotográficos que recordaban las etapas del rito funerario. Normalmente, estos retratos post mortem solían terminar en los álbumes familiares y era un modo de mantener viva la memoria y los lazos familiares.
El libro no tiene desperdicio, no hay nada igual en nuestro país. Además de una cantidad muy considerable de fotografías que nos impactarán, también incluye una biografía de los fotográfos más representativos de este género.
Más información en El retrato y la muerte de Virginia de la Cruz Lichet.