¿Quién no conoce la Plaza Mayor de Madrid? No considero arrogante decir que es una de las plazas más bonitas de España. La igualdad de su trazado y la armonía de las fachadas de sus edificios hacen de ella un lugar de visita obligada para todos los que quieran tener una primera impresión de la ciudad.
Pero la Plaza Mayor no siempre se llamó así. Hoy sólo hablaremos de los distintos nombres que ha tenido a lo largo de los siglos. De su historia ya trataremos otro día, aunque bien pudiera tratarse de una serie de artículos ya que son muchas las transformaciones que ha vivido.
En primera instancia fue conocida como Plaza del Arrabal ya que estaba situada en lo que entonces eran las afueras de la Villa. Será con Felipe II cuando adquiera por primera vez el nombre de Plaza Mayor. Será conocida así de forma oficial con la inauguración que hizo Felipe III.
Mantendrá esta denominación hasta el 15 de agosto de 1812, momento en el que las Cortes de Cádiz aprueban su Constitución. Es entonces cuando sufre su tercer cambio, será la Plaza de la Constitución.
Dos años después, cuando Fernando VII regresa a España se sustituye por el de Plaza Real. Pero sólo durará hasta 1820, momento en que comienza el Trienio Liberal y con él recupera la denominación de Plaza de la Constitución.
Tres años durará el periodo Constitucional. A su caída se impondrá de nuevo el de Plaza Real que durará hasta 1835, año en el que se producirá el motín del Conde de Toreno restableciéndose de nuevo el nombre de Plaza de la Constitución.
No acaba aquí el juego de idas y venidas. El 12 de febrero de 1873 se transforma en la Plaza de la República y dos meses después en Plaza de la República Federal. En enero del año siguiente se recupera de nuevo el nombre de Constitución. Mantendrá este nombre -por el periodo más largo- hasta abril de 1939. En un momento inicial fue denominada Plaza de Calvo Sotelo pero finalmente adoptó el actual: Plaza Mayor.
Más información en «Recorridos por el viejo Madrid» de Miguel Álvarez.