Carabanchel fue en la Edad Media un pueblo independiente de Madrid, en el S. XVIII y XIX será el destino elegido por los nobles y reyes, por lo saludable que era su clima. Prueba de ello es que Eugenia de Montijo, emperatriz de los franceses, se instaló en esta zona y hoy ostenta el honor de tener una calle con su nombre.

El Puente de Toledo permitiría unir Carabanchel a Madrid. El primero que cruzó dicho puente fue el Marqués de Vadillo en 1721. Este distrito -que hoy goza de ser el más poblado de la capital- contó en su día con ayuntamiento, cárcel y hospital propio, además de unas tierras fértiles donde se cultivaban los garbanzos con los que se surtía a todo Madrid.

La guerra civil acabó con el sueño republicano de Carabanchel, las tropas de Franco entraron por su emblemático puente dando así por finalizada la contienda. En 1948 el término municipal histórico se anexionaría a Madrid y poco después se dividiría en los distritos que hoy conocemos: Usera, Latina y Carabanchel.

Recientemente, en 2008, se demolía uno de los hitos de la historia de Carabanchel: su cárcel. Una construcción que jamás se concluyó pese a que fue levantada por más de mil presos políticos durante la dictadura. Sirvió de penitenciaría desde 1944 hasta 1998. 

José María Sánchez Molledo es autor del libro «Carabanchel, un siglo de imágenes (1860-1960)». En él se narran -gracias a imágenes de archivo- la evolución del actual distrito madrileño. Un total de 240 fotografías, muchas de ellas inéditas, exploran su pasado. Se puede adquirir en La Librería, en la Calle Mayor 80 (tfno. 914540018).

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