Hace escasos días podíamos leer una noticia en el diario «El País» que cambia radicalmente lo que conocíamos hasta ahora del origen de Madrid. Y es que las obras de construcción del Museo de Colecciones Reales que tanta controversia está suscitando -estéticamente hablando- ha sacado a la luz nuevos datos.
Las excavaciones arqueológicas acometidas en la zona han descubierto un yacimiento de una envergadura considerable. Está probado que existe un Mayrit musulmán que se remonta al S. IX, pero los hallazgos encontrados hacen pensar que aquellos musulmanes no formaron una población sino que eran tan solo un asentamiento cuartelario.
A esta conclusión ha llegado la arqueóloga responsable de las excavaciones, Esther Andréu, tras encontrar los restos de seis casas medievales en la zona donde nació Madrid. Nunca antes se habían registrado viviendas o restos urbanos similares que dataran de la época musulmana.
Según Andréu, «la población nació en el S. XII, tras la conquista de Alfonso VI (1085), y no en el IX» y asegura que «de la época musulmana, además de los restos de la muralla y de un edificio del cuerpo de guardia, se han encontrado hasta ahora restos de actividades agrícolas, que desarrollarían los habitantes de la guarnición, como alfares o pozos. Pero no se han hallado restos de casas».
Los restos encontrados debajo de la plaza de la Almudena pertenecen a cuatro casas y dos calles y junto a la catedral han aparecido dos casas más, otras dos calles y un portillo. Unas conservadas mejor que otras estaban situadas junto a una muralla. Otro de los grandes hallazgos han sido los 70 metros de la fortificación árabe de los siglos IX y X que en ocasiones alcanzan los ocho metros de altura.
El yacimiento arqueológico revela que en esa zona podrían haber cohabitado musulmanes, judíos y cristianos. Se han encontrado restos de cerámica con decoración árabe, un alfiz con una inscripción que dice «el poder es de Alá», así como restos de vajillas del sabath.
Dichos restos hacen pensar a la arqueóloga Andréu, que este lugar pudo ser un gueto donde vivían musulmanes y hebreos, ya que en el paseo de ronda que separaba los edificios de la muralla se podía cerrar el paso mediante un sistema de puertas, dejando aislada y bloqueda a esta parte de la ciudad.
En el futuro, muchos de estos descubrimientos se podrán contemplar desde el interior del Museo que hoy se levanta. Entre ellos, los nuevos tramos de la muralla árabe, así como los restos de la casa mejor conservada de la época medieval. Otra de las sorpresas que alberga el subsuelo existente entre la Armería y la Catedral es un enterramiento visigodo del S. VIII, lo que le otorga el destacado lugar de ser el enterramiento más antiguo de la ciudad.
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