Esta semana hablábamos de los primeros circos que se establecen en Madrid. A propósito de ello, parecen muy recomendables unas imágenes de cine mudo sobre los primeros números circenses procedentes del extranjero que influyen en el nuestro.
La acrobacia, el malabarismo, el contorsionismo y la doma de animales existen desde épocas muy antiguas en todas las civilizaciones conocidas. En un principio, el circo es entendido como un espectáculo de habilidades humanas que se exhibe al aire libre o bajo una carpa.
Los programas solían consistir -fundamentalmente- en ejercicios ecuestres. Después se introducen los números de funambulismo y los ‘clowns’ que no eran más que campesinos incapaces de montar a caballo. En España, se denominan payasos y se caracterizan por hacer reir con humor fácil.
A los caballos se unen animales exóticos como los elefantes, las jirafas, los tigres y los leones. Y empiezan a hacerse nómadas y a representar sus exhibiciones en carpas que van instalando en cada pueblo. Aunque algunos referentes del circo permanecen estables.
En los años setenta del S. XX nacen las primeras experimentaciones que dan vida al circo contemporáneo. Se trata de ofrecer un espectáculo con una continuidad teatral, con un hilo argumental que hace del circo una de las mejores actuaciones para ver en vivo. (Vídeo: youtube, Slun4ogled).
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