Tradición y leyenda se mezclan a la hora de hablar del origen de Cenicientos, una localidad situada en la zona de la Sierra Oeste de Madrid. En un principio, se le conocía como San Esteban del Encinar o San Esteban de la Encina.
Es un municipio muy antiguo y bastante desconocido. En las inmediaciones, hay una piedra de granito con relieves de figuras y animales, conocida como la Piedra Escrita. Algunos lo consideran como un monumento megalítico prerromano, aunque otros investigadores apuntan a que se trata de los restos de un templo romano dedicado a Diana. Esta hipótesis se apoya en una inscripción que se ha descubierto recientemente que dice así: animo libem solvit, Siscinius Q Dianae, es decir Siscinio Q. cumplió su promesa de buen grado ante Diana.
Pero también se han encontrado restos visigodos de una necrópolis muy próxima a la piedra escrita. Pudo haber habido dos asentamientos, uno encima de otro. Lo que sí parece claro es que hubo una repoblación con la Reconquista. Existen referencias de 1188 en alusión a la actual Peña de Cenicientos. Parece que el arzobispado de Toledo autorizó la construcción de una iglesia al licenciado Martín Gómez. Poco después formó parte del Señorío de Escalona y más tarde pasó a manos de Álvaro de Luna, alcanzando en el S. XVI la categoría de villazgo.
El nombre del pueblo tiene varias versiones que conjugan la tradición y la leyenda. Un enviado del rey Alfonso VIII llegó hasta San Esteban para reclutar soldados que combatieran contra los musulmanes. Se cree que fue por 1212, fecha coincidente con la victoria de las tropas cristianas sobre las musulmanas en la batalla de las Navas de Tolosa. Esta acción de los vecinos de Cenicientos podría considerarse aún más loable.
El enviado solicitó cien lanzas y los habitantes de este municipio contestaron que el rey podía contar con «cien y cientos». Esta respuesta hizo que desde entonces, aquella localidad se llamara Cien y cientos y con el tiempo se contrajo en una sola palabra: Cenicientos. Lo cierto es que en el Libro de la Montería ya se conoce como Cenicientos.
Más información en Misterios, anécdotas y leyendas de la Comunidad de Madrid de José Felipe Alonso Fernández- Checa.
EL ORIGEN DEL NOMBRE DE CENICIENTOS
Romance
A las armas llamó el rey
a sus leales vasallos
para hacer la guerra al moro,
y de sus predios echarle.
Fueron heraldos reales
por humildes aldehuelas,
por cañadas y villorrios
y al foro de las ciudades.
Pregonaron el Edicto
en torres de campanarios,
a los sones de timbales
y cuernos de bueyes mansos.
Llegaron a San Esteban
de la Encina Protomártir
habitado por labriegos
y pastores arriscados.
Movilizóse el alcalde
con alcaldes aledaños
hacia el pueblo de Escalona
con los censos en la mano.
De allí fueron a Toledo
en un grupo encaminados
a presencia del monarca
con la corte allí instalado.
Y una vez allí llegados
y por su Puente de Alcántara
lentamente atravesado
vieron el Tajo allí abajo.
Allí nadaba La Cava
muchos años ya pasados
y allí viola don Rodrigo,
y suspiró enamorado.
Más negándose Florinda
a entregársele de grado,
al rey de los visigodos
acusó haberla abusado.
Informado don Julián,
el padre que estaba en Ceuta
por el rey allí destacado,
jurósela al soberano.
Con el obispo don Opas
conspiraron y una alianza,
fue entablada con Tariq
y en la antigua Iberia entraron.
Por entonces en Toledo
reinaba la tolerancia
y las grandes religiones
estudiando se hermanaban.
Las religiones Del Libro
sagrado de los judíos,
y de árabes y cristianos
compartido y traducido.
Y siendo así en este clima
por el rey bien acogidos
los alcaldes regidores
en su punto de destino.
De San Esteban su alcalde
digno en su rusticidad,
de su legajo hizo entrega
a la Majestad Real.
El rey miróle perplejo
estudiando el documento
al ver puestas allí cifras
cual villas con monumentos.
«¿Pues no es la tuya una aldea
y me ofreces cien y cientos
en mi ejército, de lanzas,
en la guerra a que me enfrento.
«¡Príncipe!»,hablóle el alcalde,
«¡en San Esteban sus gentes
contra él moro lucharán
por Vos y por nuestro Dios!».
«¡Las mujeres y los niños
y los ancianos hendidos
harán suya vuestra causa
contra vuestros enemigos!».
«¡Me place aquesto que dices
mi buen vasallo y amigo,
y cambio el nombre a tu aldea
mis nobles son mis testigos.
«¡Se llamará Cenicientos
desde ahora en adelante,
y Yo, el Rey, sobre estos reinos
así lo dispongo y firmo!».
¿Es historia o es leyenda
o invención de mis mayores?
Mas en nuestra tradición
su nombre es Regio ante Dios.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA CALLE DEL SOLANILLO
A calle del Solanillo
caracteriza una cosa:
una punta es anchurosa
y a otra tapa un visillo.
Por las dos se va al Cerrillo,
y la da vitalidad
y cierta impetuosidad
el que da a dos grandes calles
ciñéndolas por los talles:
a la Larga y Libertad.
Saturnino Caraballo Díaz
EL Poeta Corucho