Peatonal o con tráfico y cortas aceras, la Calle del Arenal nunca ha podido renunciar a ese marcado espíritu comercial que la ha perseguido a lo largo de los tiempos. Un rasgo que ha hecho que siempre se le haya visto animada y despierta. Algo que ocurre ahora y que también sucedía en el año 1930, fecha en la que se tomó la fotografía que vemos hoy.
De entre todos aquellos comercios, cuyos carteles todavía podemos leer en esta imagen, nos llama la atención el letrero que reza ‘Prast’, ubicado en el tejado del edificio. Esta confitería que se encontraba en el número 8 de la Calle del Arenal es donde, según el relato del padre Luis Coloma, vivía (dentro de una caja de galletas), el Ratoncito Pérez. Hoy en aquel mismo edificio, en el número 8, se halla la Casa-Museo del Ratón Pérez, un divertidísimo y original lugar para ir con los más pequeños.
Al horizonte, entre brumas, vemos el Teatro Real. Hasta llegar a él, era necesario ir cruzándote con un constante gentío. El que siempre ha caracterizado a esta famosa vía de Madrid.
Imagen incluida en nuestro ‘500 Fotografías de Madrid’.