En el año 1948 la vida de la Calle Montera, al igual que en la actualidad, se vio alterada por unas intensas obras que dejaron sus entrañas al descubierto, con el consiguiente riesgo para los peatones que, a pesar del peligroso estado, no dejaron de transitarla. En algunas zonas de las obras, sin valla alguna de seguridad, los niños entrenaban para su futuro trabajo de “acróbatas circenses”. En otras, la gente hacía equilibrios para pasar por las calles entre cascotes y, donde, había valla, el público la utilizaba para apoyarse en ella y desde ahí contemplar con interés los trabajos.

Pero como una imagen vale más que mil palabras aquí os traemos este recuerdo donde podemos ver a un muchacho, muy galante, ayudando a una joven a cruzar entre los escombros. En dirección opuesta avanza un mielero de los que vendían productos de la Alcarria por los diferentes domicilios de Madrid. Hoy nadie en su sano juicio avanzaría por ese suelo irregular, lleno de cascotes, donde la caída está casi asegurada. Una temeridad que, décadas atrás, era vista como algo absolutamente normal.

Imagen incluida en nuestro estuche de Imágenes del Madrid Antiguo

Obras en la calle Montera en 1948

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