Hoy relatamos una leyenda que ocurrió muy cerca de la Puerta del Sol. En el solar donde hoy se levanta el edificio de Tío Pepe estuvo en su día la Iglesia del Buen Suceso. En sus proximidades, estaba la casa de una señora mayor muy rica llamada Doña Elvira que vivía con su criada Cristeta.
Parece que la mujer era muy coqueta y solía acudir a misa -cuando venía el buen tiempo- llevando todas sus alhajas. Un día fue a buscar las joyas en el cofre donde las guardaba habitualmente y se lo encontró vacío. Doña Elvira preguntó a su doncella pero la joven no pudo darle explicación alguna.
Ante esta situación la mujer rica decidió acusar a la joven criada de haberle robado sus pertenecias. Al lugar de los hechos acudió el juez quien amenazó a Cristeta con las malas consecuencias que tendría si hubiese hurtado las joyas. La joven no paraba de llorar y suplicar que ella no había hecho nada. Pero finalmente fue acusada y ejecutada.
Pasado algún tiempo, doña Elvira se encontraba en su casa con la modista que le realizaba sus trajes. De pronto, un pájaro entró por la ventana y se llevó en su pico un dedal que andaba por allí. La modista decidió seguir a la urraca y descubrió que el animal había guardado su herramienta de trabajo bajo una teja de la buhardilla.
Cuando Doña Elvira y su nueva criada subieron a aquel lugar para recuperar el dedal se dieron cuenta de que bajo la teja estaban sus brazaletes, collares, sortijas y pendientes. Todo por lo que habían dado muerte a la desgraciada Cristeta.
Más información en «Explora lo desconocido de Madrid» de Fátima de la Fuente del Moral y Enrique Fernández Envid.