Madrid fue, durante los siglos XVI y XVII, la urbe más importante del mundo, cuando menos desde el punto de vista político. En ella tenía su asiento el trono de los monarcas más poderoso de la tierra, la cabeza del Imperio más extenso que se había conocido en siglos y un sinfín de gentes de toda ralea y estado que, atraídas por las oportunidades que semejante capital ofrecía, se avecindaron, dando lugar a un mosaico humano de lo más variado en cuanto a orígenes, formas y comportamientos.
Sin embargo, el Madrid de la Monarquía Hispánica, y la vida de sus pobladores, son dos grandes desconocidos para buena parte de los lectores aficionados a la Historia, más seducidos por otras capitales, países y períodos del pasado. Pero hemos de decir que su interés, para quien se adentra en su estudio, es grande; su importancia para la Historia de estos siglos, trascendental: y su propia “biografía” nada tiene que envidiar a la de otras grandes ciudades del planeta.
Madrid, como centro del orbe, durante este período, presencia la llegada de su propia capitalidad de la mano de Felipe II, asiste a su particular y desmesurado crecimiento urbanístico, recibe con júbilo a Ana de Austria, entre otras reales personas, como nueva Reina de España; observa con pena la detención del Príncipe de Asturias, el infante don Carlos, por orden expresa de su padre; levanta plegarias al cielo e implora su protección, en las canonizaciones de San Isidro Labrador y San Ignacio de Loyola; acoge taberna y figones donde se sirven extravagantes brebajes, sabrosas y sospechosas comidas; evita las peligrosas y criminales noches de la villa, acude gozosa a los teatros y casa de juego, morbosa a las ejecuciones y piadosa a las fiestas religiosas y caridades cotidianas. Sus calles serán frecuentadas por hechiceras, brujas y demonios. Madrid, en definitiva, refleja los valores y principios, así como las lacras y las sombras de la España del momento.
A través de las páginas de ese libro el lector podrá verse reflejado en múltiples aspectos y actitudes que han configurado nuestra forma de ser hoy; conocer mejor la España de los Siglos XVI y XVII, uno de los momentos más brillantes, interesantes y universales de nuestra historia. Además, se podrá descubrir, los acontecimientos más notables y los aspectos cotidianos más sorprendentes. Sin duda, el mejor espejo de la España de los Siglos de Oro y de su magnífico Imperio.